LLANA: situada en el hombro de la ternera, se distingue por la línea gelatinosa que separa las dos partes magras. Esta pieza es ideal para cocinar platos clásicos como el asado o el fricandó.
TORTUGUITA: se encuentra en la parte del morcillo de la ternera. Esta pieza se caracteriza por su textura melosa y la presencia de tejido conjuntivo, que se transforma en gelatina durante la cocción. Esto la hace ideal para platos que requieren una cocción lenta, como el fricandó o los estofados, donde su sabor intenso y su ternura se convierten en protagonistas.
REDONDO DE LA PALETILLA: está en la parte superior del hombro de la ternera. Esta pieza se caracteriza por su forma cilíndrica y por ser una carne magra con una ligera infiltración de grasa. Es ideal para cocciones lentas, como asados o estofados, donde su textura firme y sabrosa se mantiene, ofreciendo un resultado jugoso y tierno.
RABILLO DE CADERA: se encuentra en el muslo de la ternera, justo al lado del redondo. Esta pieza es pequeña, muy tierna y se caracteriza por su textura suave y sabor delicado. Es ideal para cocciones rápidas, como a la plancha o a la parrilla, donde su ternura y sabor se mantienen de manera óptima, ofreciendo un plato sencillo pero exquisito